martes, 11 de diciembre de 2007

Ésta madrugada




Y se supope que es ahora
cuando debiera despedirme
y pornunciarte un adiós...
Para liberarte de las cadenas
que forzosamente me atan a tí;
Para dejarte surcar en tu propio cielo,
sobre tu mar...
Y no niego que me gustaría que volases
sobre mi cielo, bajo mi sol,
o que me permitieras volar bajo tu firmamento;
pero no es posible; hoy debo decirte adiós...
Desde lo profundo de mi ser,
desde la prisión de mis miedos,
desde el refugio de mis fantasías,
bajo el alero de mis recuerdos.
Adiós, adiós...
Hoy te digo adiós amor...
Si esto es amor, entonces no quiero sentirlo,
hoy no amor, por favor;
que esta ausencia enfría mis manos;
y me deja el alma sin un suspiro que ofrecerle a la vida...
Vida, permíteme no amarte ésta noche,
vuela y lleva contigo el dolor, no lo dejes aquí...
Hazme olvidar y llévate también la piel,
déjame sólo la razón, se feliz...
Ahora márchate lejos de mí.
Adiós, Adiós...
Hoy se supone que a tu ausencia debo decir:
Adiós mí amor.

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