Cuando pienso en tí,
No se bien en que estoy pensando...
Si precisamente pienso en tí, o en mí...
En la vida que decidió enlazar nuestros caminos
Por azar, o porque así tenía que ser ...
Y tal vez, por el mismo destino ha sido
Que de total consentimiento hemos decidido quedarnos...
Y me es tan grata tu compañía, tibio rayo de sol...
Aunque no se bien de qué forma de quiero,
Ni por qué te quiero, ni para qué , ni la intención...
Tal sólo un día te vi asomado a mi ventana,
Anunciandome mi mañana, y desde entonces
Arranque la cortina de cuajo, sólo para contemplarte mejor.
Así llegaste a mi vida, o llegue a ti...
Tibia ventisca que jugueteaste entre mis cabellos...
Y ne anhelo, no se bien cómo, pero te anhelo
Junto a mí, mis memorias y nostalgias...
Siento miedo que ésta magia que produces
Sea efímera, y no pueda contenerla entre mis manos...
Que un día te vayas.... Dejandome el alma dormida y vacía.
Aunque no se bien que es este sentimiento...
Que no puedo decir de labios...
Abtracto, Ambiguo, delicioso.
Es un deleite, evocar aquella tarde que pasamos juntos...
La ensoñación que produciste en mí al perderme en tus pupilas,
Y así mi mañana...
Y también eres el ocaso de mis días
Te recuerdo en los atardeceres,
Al evocar también, el rubor que provocaste en mis mejillas...
Y es contradictorio lo que siento...
Me haces sentir desasociego y también una infinita paz...
Apego y desarraigo...
Confusa y despejada...
Deseos de sentirte y no...
Pero cuando evoco el placer de sentirte, cálido rayo de sol...
A centímetros de mi piel... Anhelo sentirte de ésta manera... Siempre.
Queriéndote no se bien cómo, ni para qué, por qué, ni la intención...
Sólo se que te deseo asomado a mi ventana...
Anunciandome un nuevo día, de aquí en más, todas mis mañanas.
