Fugaz reflexión...

TODA locura cometida, me ha servido para centrarme aún más.

Tú, mi destello.

Siempre, y sin duda emergen de sus suburvios ináuditos,
Los momentos grabados a fuego en la piel, esos que no lastiman,
esos que en sus llamaradas, duelen, más no queman,
Y sólo hay escozor de recuerdos...
Se reflejan en la tierra, en un mundo que era mejor,
Porque estabas TÚ,
Y en las fragantes flores de estación, que llevan tu nombre.

Es entonces, donde me enternezco al sumergirme
En el recuerdo de tu mirada,
En la profundidad de esos ojos negros,
Que me hacían ser mejor de lo que soy...

Esos ojos, que incluso en el más oscuro de sus mares,
destellaban incesantes, cautivando a la mismísima luz,
Encegueciéndola...
Como a mí, en el mejor de mis momentos...

La seda despojada

Una aventura de aquellas, era lo que me hacía falta... Cómo y cuántas veces cuesta darle aunque sea un pequeño giro a nuestras vidas, que nos brinde un poco de emoción, de pasión, de sentimiento, locura y por supuesto, que al acordarnos de aquellas imágenes, emane de nosotros una risita cómplice... Algo así, como reirse de las maldades blancas, blancas sólo por adornarlas... Siguen siendo inexorablemente MALDADES...

Quitarme el velo, dejar de actuar como la niña-mujer politicamente correcta, era lo que me faltaba...

Aunque fuese tan sólo por una noche...