Se cumplen 16 años desde tu nacimiento, 16 años de dolores y alegrias; un crecer constante, un crecer siempre, un tener que ser siempre.
Contigo crecí y aprendí a amar la vida, a vivirla y no a juzgarla; un maravilloso regalo que se me ha obsequiado y que además me ha dado la maravillosa oportunidad de compartirla junto a ti y forjar un nuevo destino, un nuevo sendero, una nueva vida cada día.
Juntas hemos surcado angostos y también generosos caminos; risas y lágrimas compartidas; sueños, frustaciones; nuestro presente y nuestro incierto futuro que juntas construiremos; no importa que no siempre estemos codo a codo en esta larga construcción llamada vida, porque ambas habitamos en el corazón de la otra.
Podría escribir tantas cosas Claudia, describir tus amores desde la C hasta la A. Han sido tantas rutas en las que hemos plasmado nuestras huellas; siempre en busca de lo desconocido; aferrandonos a nuestros corazones, a nuestros instintos,
venciendo en cada batalla que se nos ha presentado; porque juntas somos invencibles, dos guerreras que no conocen la palabra derrota, que van tomadas de la mano y de frente hacia la vida.
A tu lado no tengo miedo, ni fantasmas ni sombras que me persigan, más yo las enfrento y las derroto. Nuestro amor es puro, un lazo de amor indestructible; que ni siquiera las tinieblas de la muerte osarían destruir, y aunque quisieran no lo conseguirían.
Que te me mantengas viva, que tu orgullo no muera por lo que murmure la gente.
Que siempre te bendigan desde arriba.
Para expresar lo que siento, ya tú sabes un te amo es poco.
Felicidades en tu día y que Dios me permita celebrar muchos años más junto a ti.
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